¿Qué dice la nueva Ley de Residuos sobre el sector textil?

La nueva Ley de Residuos, que ha entrado en vigor en el primer trimestre de este año, pretende dar un giro de 180° al gasto (o malgasto) de residuos en el sector textil. Métodos como la economía circular dejan de ser cada vez menos alternativas para convertirse en obligatoriedad. 

¡Sigue leyendo para saber cómo afecta la nueva norma al sector textil!

Ley de Residuos

Con el objetivo de luchar contra el cambio climático, ha entrado en vigor la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que aboga por una economía circular al regular la gestión de los residuos textiles, biorresiduos y residuos domésticos peligrosos.

Entre otros, la Ley de Residuos prohíbe a los productores de prendas destruir los tejidos sobrantes y les obliga a reutilizar estos residuos textiles. Tal y como explica la norma, estos excedentes deberán destinarse primeramente a canales de reutilización (como la donación) y, cuando no fuera posible, se destinaría a la preparación de esta reutilización.

Asimismo, deberán desarrollarse políticas de responsabilidad ampliada por las que el productor de textiles, muebles, enseres y plásticos de uso agrario no envases será responsable de los residuos que se hayan generado una vez que estos han abandonado la tienda.

Además de esto, la nueva norma obligará a gestionar dichos residuos de manera adecuada, es decir, a desarrollar sistemas separados de recogida de residuos textiles antes de 2025.

Con la nueva ley de residuos se pretende frenar el avance inconmensurable de los efectos del cambio climático

¿Por qué se deben gestionar los residuos textiles adecuadamente?

Los productores de textil deberán gestionar adecuadamente estos residuos con el objetivo de que exista un cierre del ciclo del textil y el calzado para su posterior reutilización o reciclaje (produciendo nuevos productos que sustituyan a las materias primas).

Igualmente, se pretende alcanzar una reducción sustancial de los residuos depositados en los vertederos y a las entradas de incineración, evitándose, de esta manera, grandes cantidades de emisiones.

Por último, se persigue un aumento de la sensibilización ciudadana en la gestión de estos residuos y la protección del medio ambiente.

Sector textil

Con la Ley de Residuos se pretende frenar las consecuencias del cambio climático, puesto que la industria textil es la segunda más contaminante de todo el planeta. De hecho, la producción de tejidos para la fabricación de ropa provoca el 20% de la contaminación de agua potable del planeta y es responsable de hasta un 10% de las emisiones de gases invernadero.

La práctica de fomentar la economía circular y poder dar una segunda vida a bienes materiales ayudará a evitar el malgasto de estos excedentes textiles.

Economía circular

La adopción de un modelo de economía circular supone grandes consecuencias positivas tanto monetarias como sociales, además de generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.

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De hecho, seguir un modelo de economía circular implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos ya existentes, y todas las veces que sean posibles, para crear valor añadido.

¿Por qué deberíamos cambiar a una economía circular?

Cambiar a un modelo de economía circular supondría reducir enormemente la dependencia de otros países para conseguir materias primas, con la consecuencia de disminuir la demanda no solo de las mismas sino también de recursos que, en muchas ocasiones, son finitos.

Por último, la lucha contra el cambio climático sería otra de las razones por las que apostar por un modelo de economía circular. Como hemos dicho en este artículo sobre la nueva Ley de Residuos, la extracción y uso de materias primas tiene importantes consecuencias medioambientales, tanto de consumo de energía como de emisiones de CO2 a la atmósfera. En otras palabras, apostando por un uso más inteligente de las materias primas, ayudamos a reducir las emisiones y luchamos contra el cambio climático.