Los incendios forestales resultan de la interacción de varios factores: el cambio climático, la acumulación de material seco o combustible y los cambios sociales.
Evolución de los incendios forestales
Heredamos unos bosques que en realidad fueron plantados con otra óptica, en otra década, y con otras condiciones sociales, económicas y ecológicas. Básicamente, son cuatro los aspectos que han cambiado en este tiempo:
- La visión de la gestión forestal
- El conocimiento de la ecología del fuego
- El propio clima, debido al cambio climático
- Los cambios en la presencia humana, que ha aumentado en las zonas tropicales y ha disminuido en muchas zonas templadas.
Por estas cuatro razones, los incendios forestales son ahora muy diferentes a cómo eran hace apenas medio siglo. En las zonas templadas, el abandono del campo trae consigo la acumulación de material combustible, lo cual se suma al calentamiento climático, al calentamiento global y a las sequías para generar incendios de dimensiones colosales.
Han sido múltiples los incendios que han batido todo tipo de récords en extensión, duración e intensidad, afectando no solo a los ecosistemas sino también a las infraestructuras y a la propia vida de las personas de la zona.
Estos incendios que han alcanzado dimensiones e intensidades nunca vistas con anterioridad, llegan a modificar las propias condiciones climáticas de toda una región, favoreciendo el avance del propio fuego.

Cómo se forman los incendios
Los incendios se inician con la formación de nubes de fuego o pilocumulos. El aire caliente asciende con las partículas y cenizas y genera auténticas tormentas de fuego que incrementan la velocidad del viento y con ello, la oxigenación del incendio y su expansión acelerada.
Estas tormentas llegan en los casos más extremos, a formar tornados de fuego. Se trata de unos remolinos en los que el aire ascendente cataliza condiciones de oxígeno y temperatura que retroalimentan el propio fuego. Pueden alcanzar hasta un kilómetro de altura con vientos de más de 150 km/h en su interior. Son absolutamente incontrolables y ante ellos, solo cabe ponerse a salvo.
Incendios en regiones tropicales
En las regiones tropicales como la Amazonia, África o Polinesia, vemos con preocupación cómo se va perdiendo terreno por incendios provocados para ganar terreno a la agricultura y a la ganadería.
Estos fuegos en zonas tropicales tienen tres implicaciones importantes:
- Con frecuencia se salen de las zonas planificadas inicialmente e invaden el bosque primario.
- Se pierde cobertura herbórea y en muchos casos también la capacidad de generar lluvia, que es algo esencial localmente y regionalmente para los propios cultivos y para regenerar el bosque.
- Se pierde una propiedad muy importante de estos bosques tropicales que es actuar como reservorios de carbono que ayudan a mitigar el cambio climático.
Con las dimensiones de los nuevos incendios una vez que tienen lugar, el trabajo de las brigadas de bomberos resulta cada vez más arduo y duro. El primer paso para acabar con ellos es prevenirlos y evitar que ocurran. Y si finalmente suceden, los agentes forestales tendrán a su disposición la mejor ropa de protección para bomberos para hacer frente a los incendios de la mano de Oroel.